miércoles, 3 de diciembre de 2008

¿Michelín para Venezuela?

Poco probable. Al menos eso piensan Armando Scanonne y Alberto Soria como comentaron en un artículo publicado en el diario El Universal el pasado fin de semana. Para Scannone el problema está en las dificultades para conseguir materias primera y la inconstancia en el abastecimiento de productos clave en la cocina. Para Soria en cambio, el hecho de que una estrella Michelín esté lejos de caer en Venezuela, a parte del desinterés que hay hacia la región, radica en las deficiencias del servicio en los restoranes venezolanos.

Es que la calificación Michelin, en lo que a restoranes se refiere está basada en tres puntos importantes: la comida por supuesto, luego algo que los franceses llaman el "Charm" o la personalidad del lugar y por último el servicio. No basta con hacerlo bien una vez, para ganar una estrella Michelin hace falta ser constante durante las diversas visitas que hacen los representantes de la guía. Una estrella Michelín significa que según estos el local visitado es un "muy buen restaurante en su categoría." Dos estrellas quiere decir que "la cocina es excelente y que bien vale la pena un desvío" para probarla. El máximo galardón, las tres estrellas Michelín son el emblema de que el lugar es tan bueno que vale la pena hacer un viaje sólo para conocerlo.

El país que más estrellas Michelín tiene no es Francia, como podrían esperar muchos, sino Japón. Los nipones en las últimas décadas se han apoyado en Francia para impulsar su gastronomía de forma sorprendente, esto aunado a la variedad de materia prima ha hecho que la gastronomía japonesa esté a la vanguardia, sobre todo a los ojos de Michelín, la reina entre las guías gastronómicas. Adicionalmente la forma de ser de los japoneses, su atención al detalle y el trato respetuoso y amable que les viene culturalmente hacen que su servicio sea impecable.

Para lograr que en Veneuzela exista un servicio de calidad Michelin Alberto Soria afirma que son necesarias los institutos que instrucción para mesoneros, "Este es un punto débil de la restauración local. Sin escuelas de mesoneros ni productos de calidad constantes y fáciles de conseguir a precios razonables, el acceso a la Guía Michelin por parte de un cocinero venezolano resulta cuesta arriba."

Es allí donde entra CIMA, con su misión de crear cultura de servicio y contribuir al fortalecimiento y reconocimiento de aquellas industrias, que como la restauración, dependen no sólo de la calidad de los productos que ofrecen, sino del servicio y la atención a sus clientes.

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